domingo, 23 de abril de 2017

ILUSTRACIONES -LA RANA OPTIMISTA

500 ILUSTRACIONES
por Alfredo Lerín
CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES

ILUSTRACIONES 1-50
1. “COMO SERPIENTE MORDERA”
<202332>Proverbios 23:32
El perforador de pozos Andre Poultier, de Rouen, Francia, apostó ante un
grupo de amigos en un restaurante, que se bebería treinta y nueve vasos de
vermut en diez minutos.
Ganó la apuesta: Y cayó muerto.

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2.LA RANA OPTIMISTA
<210910>Eclesiastés 9:10, <451211>Romanos 12:11; 13:11, <490514>Efesios 5:14.
Dos ranas, una optimista y otra pesimista, cayeron al mismo tiempo en dos
vasijas que contenían leche. La rana pesimista dice: “No puedo salir de este
cacharro, porque las paredes son muy lisas. No puedo respirar en la leche, voy
a asfixiarme, estoy perdida.” Y, en efecto, se asfixia y muere.
La rana optimista no sabe tampoco qué hacer; pero como es optimista trata de
hacer algo y se agita en todos sentidos. Como se está moviendo continuamente,
bate la leche con tanto vigor que ésta se transforma en mantequilla. La rana
entonces se sienta sobre la mantequilla y puede respirar libremente.

Esto prueba que quien posee un carácter optimista hace siempre algo, aun
cuando no sepa qué hacer para salir en una situación difícil; pero sigue luchando
y confiando en Dios y él es poderoso para hacernos “más que vencedores.”
El Embajador.
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3.LA HISTORIA ABATE AL ALTIVO URBANO VIII
<020108>Éxodo 1:8-22; <091424>1 Samuel 14:24-45; 18:6-29; 22:6-19; <110513>1
Reyes 5:13-18; 12:1-20; <140202>2 Crónicas 2:2, 17, 18; <401401>Mateo
14:1-12; <410614>Marcos 6:14-29; <420907>Lucas 9:7-10.
En el año 1633 el Papa Urbano VIII, quien pretendía ser el sapientísimo e
infalible vicario de Cristo
, haciendo alarde de su “sabiduría” mandó encarcelar
a Galileo porque éste enseñaba que la tierra giraba sobre sí misma y a la vez
alrededor del sol. Al gran Galileo, para salvarle la vida después de haber
sufrido durante muchos, muchos meses en los calabozos de la Inquisición, se le
hizo salir, con la creencia de los inquisidores, de que la prisión había
quebrantado la fe de él en las “herejías” que había estado enseñando. Pero
como se viera que Galileo aún conservaba las ideas que antes había expuesto,
el Papa lo mandó a la cámara de tormento, donde el pobre anciano sufrió
muchas veces, con estoicismo, el suplicio de la cuerda. Al fin, quebrantado y
vencido por los sufrimientos físicos y morales, fue obligado a abjurar en esta
forma: “Yo, Galileo, a los setenta años de edad, arrodillado ante sus eminencias
y teniendo ante mis ojos los Santos Evangelios que toco con mis propias
manos, abjuro, detesto y maldigo el error y la herejía del movimiento de la
tierra.”

La justicia divina y la sabiduría que Dios ha transmitido a los hombres, han
exaltado a Galileo colocándolo entre los sabios más ilustres que el mundo ha
conocido, y han humillado al altivo Papa Urbano VIII colocándolo entre los
hombres más presuntuosos e ignorantes de la tierra.
Exp. Bíbl.

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