PROVINCIALISMOS DE GUATEMALA
ANTONIO BATRES JAUREGUI
1892
Provincialismos de Guatemala.
A.
En Guatemala, además de las frases adverbia-
les castizas, corren muchas otras, entre las que ci-
taremos como más comunes, las siguientes:
A las últimas.
O más comunmente en las últimas, se dice que
está el que se encuentra agonizando. En España
es: á los últimos.
''Diciendo esto, me llevó á un cuarto donde el
triste Blas de Santillana, tendido en una cama
que mostraba bien la miseria de un pobre escu-
dero, estaba ya á los últimos'' (P. Isla, Gil Blas.)
A la pretina.
En España habrá madres que tengan á sus hi-
jas en pretina; pero no que las lleven a la pre-
tina.
A pata.
Equivale en Chile á descalzo, y entre nosotros
vulgarmente, á andar á pié, á caminar en el co-
che de San Francisco, como dicen en España.
A trompa tañeta.
En buen castellano es á trompa tañida.
62 VICIOS DEL LENGUAJE Y
A revienta cinchas.
Es locución que también se usa en Chile, se-
gún Zorobabel Rodríguez, quien dice en su "Dic-
cionario de Chilenismo," que en España es rom-
piendo cinchas.
A patadas.
Dícese vulgarmente para significar que hay-
abundancia de una cosa; v. g. "Criadas malas se
encuentran a patadas," por decir á cada paso (lla-
man aquí PATA al pié.) En castellano se dice á
porrillo 6 á rodo, que son los adverbios que signi-
fican "copiosamente, en abundancia."
A bocas de oración.
En castellano se dice á boca de invierno^ por á
principio ó entrada de invierno, á boca de noche,
al anochecer, á boca de oración, por el punto del
día en que ya empieza á oscurecer; pero no en
plural, como dicen por acá, a bocas de oración.
A medio palo.
Decimos que está el que se encuentra achispa^
dOy ca^i temulento. En España dicen que está á
medio pelo.
A memeches.
Se dice que uno lleva á otro a memeches ó a
MÉMisH (en estas palabras indias debe pronun-
ciarse la sh como en inglés, en mash,) cuando el
último va á horcajadas sobre el otro, con la hor-
cajadura en la nuca 6 en la cintura de quien lo
lleva.
A saber.
Se emplea mucho, entre nosotros, en lugar de
quién sabe, no sé, no se sabe. Supongamos que á
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uno le preguntan — ¿Cree usted que vendrá Juan?
^*A SABER. — (quien sabe) — A saber quien se robó
el dinero — (no se sabe quien se robó el dinero) —
— A SABER si volveré á ver á mi madre (no sé si
volveré á ver á mi madre) — Cuando á^afeer se em-
plea como condicional; por ejemplo: "^ saber que
venía Lorenzo, no hubiera yo venido," entonces
está muy bien usado; ó cuando expresa esto es,
comoo si dijéramos: *'Las obras de Bello contie-
nen varias materias, á saber: Gramática, Historia,
Poesía, Derecho de Gentes, etc."
A troche y moche.
Así hemos oído decir á algunos, en vez de á
trochemoche, como es lo castizo.
A la pluma, al lápiz.
Son galicismos muy notables y muy comunes,
que pueden corregirse con sólo decir á pluma, á
lápiz.
A la estampida.
Dicen algunos salir A la estampida ó de estam-
pida y es salir de estampía, embestir de estampía, 6
partir de estampía.
A espeta perros.
Salir A ESPETA PERROS cs CU bueu español, al
decir de Cuervo, salir como perro con vejiga.
Abarrotar.
Entre las acepciones de este verbo, es provin-
cial la que le damos cuando lo hacemos significar
que un sujeto monopoliza los géneros de cierta
clase; por ejemplo: "Estanislao ha dado orden de
64 VICIOS BEL LENGUAJE Y
que le compren todo el pescado, y asegura que si
logra ABARROTARLO, ganará mucho dinero/' El
verbo castizo sería en tal caso monopolizarlo
Acaparar es galicismo que no hace falta, según
Baralt; pero que D. Andrés Bello acepta coma
necesario (1).
Abarrotes.
En el Diccionario sólo encontramos: '^Abarrote,
el fardo pequeño hecho á propósito para llenar el
vacío que dejan los grandes." De suerte que
no debe decirse como decimos: "Tienda o alma-
cén de ABARROTES, sino especiería, abacería o pul-
pería (2). D. Juan Ignacio de Armas explica el
origen de este provincialismo. Dice que en Méxi-
co se proveían las tiendas al menudeo de esos
fardos de pequeño bulto, con que se henchían loa
huecos de la carga gruesa de las embarcaciones;
es decir de abarrotes (Orígenes del Lenguaje
Criollo, pág. 39.)
Siempre nos causa risa recordar que una her-
mosa guatemalteca llamaba, en Nueva York, á
esas tiendas grocerías (en inglés groceries,)
Abnegación.
Enseña el sabio Bello que el uso que se hace
de esa palabra, es erróneo. '*Parece que se le ha
1 Véanse los apuntes de D. Andrés Bello acerca del Diccionario
de Galicismos de Baralt, que se hallan en la Introducción á las
obras completas del mismo Bello, escrita por D. Miguel L. Amuná-
tegui, título 8. ® p. G.
2 Es curioso lo que dice D. Juan de Solórzano acerca de esta pa-
labra: **Por cédulas reales del año de 1631 se dispuso que en cada
ciudad 6 villa se señalasen tiendas de las que en Castilla llaman
Ah(iceAay y en las Indias de Pulpería 6 Pulquería y de pulque que es
una bebida que usan mucho los indios de Nueva España. (Política
Indiana, libro V. cap. I. núm. 19.)
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querido hacer equivalente á la palabra francesa
DÉvoüMENT, que significa una cosa diferente. Un
acto de abnegación es aquel en que renunciamos
un goce ó interés nuestro en provecho ajeno, y so-
bre todo por un motivo religioso 6 patriótico. Pe-
ro dévoumenty según la Academia Francesa, es el
abandono que hacemos de nuestra voluntad á la
voluntad de otro, estando dispuestos a servirle
EN TODA ocasión; y denota así mismo algunas ve-
ces el acto en que uno se expone á un gran peligro
en defensa de una causa, de la religión^ de la patria,
etc.; lo cual ya se ve que significa algo más que
renuncia, desinterés ó desprendimiento, que es
todo lo que se encierra en abnegación. Entre nos-
otros, se ha llevado el abuso hasta el extremo de
formar un adjetivo abnegado, que la lengua no
reconoce en ningún sentido, y que si pudiera te-
ner alguno, designaría la persona que se niega
perentoriamente á lo que de ella se exige. Nóte-
se que la preposición latina ah introduce ó refuer-
za en los verbos la idea de desprendimiento ó re-
pulsa, como se ve en abdicar, abjurar, abrogar/
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