viernes, 8 de diciembre de 2023

RIOS MONTT - 8 Agosto de 1983

 SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT

La Verdadera Historia del Controversial Presidente de Guatemala

 Por JOSEPH ANFUSO   Y   DAVID SCZEPANSKI

Pronto fue evidente que las concesiones otorgadas ante las demandas de finales de Junio no eran suficientes, al menos para el Alto Mando Militar. En la mañana del 8 de Agosto de 1983, una escena muy similar a la que acompañó su llegada al poder hacía sólo dieciseis meses, se desarrolló a la sombra del Palacio Nacional. Aviones y helicópteros sobrevolaban los edificios de gobierno. Las principales vías de acceso fueron cerradas por tropas y vehículos armados, tomando posiciones alrededor de la Casa Presidencial. A diferencia de otros intentos de golpes anteriores, éste estaba bien organizado y respaldado por la mayoría del Alto Mando Militar.

Después de una breve escaramuza entre las tropas leales al Presidente y los soldados de la oposición, en la que murieron cinco personas y hubo varios heridos, Ríos Montt entregó el poder. El General Oscar Humberto Mejía Víctores, Ministro de la Defensa, representando a los organizadores del golpe, se hizo cargo del gobierno y esa misma tarde fue juramentado como el nuevo Jefe de Estado de Guatemala. Efraín Ríos Montt, pacíficamente, abandonó la Casa Presidencial y se dirigió a su residencia particular en la ciudad.

La radio, controlada por el ejército en el día del golpe, dió la siguiente razón para el mismo:

"Que un grupo de fanáticos religiosos se estaba aprovechando de la posición de Ríos Montt".

Pero el corresponsal de la CBS, Bob Simons, reflejó estas otras posibilidades como razones durante su programa por televisión de esa noche:

—"Fue la excentricidad de Rios Montt lo que provocó enojo entre los Coroneles del Ejército de Guatemala y los dirigentes industriales del país. En un país Católico él era un Evangélico, pastor de la Iglesia "Verbo". . . . Cuando llegó al poder en marzo del año pasado, dirigió una cruzada espiritual no sólo contra los insurgentes izquierdistas sino contra los abusos de poder y corrupción de los derechistas. Limpió la Capital de los escuadrones de la muerte del ala derecha. En gran parte, limpió también el país de la guerrilla izquierdista. . . . Los Capitanes jóvenes lo apoyaban. Pero la vieja guardia y la oligarquía estaban molestos por su populismo, por sus pláticas sobre una reforma agraria, por su indicación de que los ricos deberían pagar los impuestos correctos  

Enojó a la extrema derecha al no acceder en adelantar las elecciones, que ellos creían que podrían ganar ..

Puede que haya sido la "excentricidad" de Ríos Montt lo que provocó su caída. Como Cristiano nacido de nuevo (él siempre evitó que se le designara "evangélico", por la connotación anti-Católica que algunas veces le daban) fue algo raro y anómalo entre los políticos de América Latina. ¿Hubo antes otro Presidente en América Latina que fuera Cristiano nacido de nuevo? ¿Alguien que admitiera tan públicamente su Fe en Jesucristo?.

Desde el día en que ascendió al poder y anunció públicamente su Fe en "Dios, mi Señor y 184   

mi Rey", había demostrado a Guatemala y al mundo entero su intención de vivir —de la mejor manera posible— conforme al Cristianismo bíblico que había guiado su vida, explicándolo abiertamente. Muchos evangélicos guatemaltecos, aunque con cautela, lo apoyaron. Incluso hubo muchos Católicos que, aunque al principio habían visto con desagrado la idea de un presidente no Católico, respetaron su valor al hablar abiertamente de rectitud y moralidad desde una plataforma que difícilmente se podría identificar con los principios Cristianos.

Por supuesto que hubo otros que abiertamente rechazaron su actitud moralizante y se burlaron de él llamándole "Ayatollha" y "Dios Montt".

 Tal vez sus discursos un poco indeterminados, pero francos, y sus pláticas por televisión golpearon muy fuertemente a la sociedad guatemalteca. Pero, según sus propias palabras, estaba tratando de hacer lo que ningún otro Presidente en la historia de Guatemala había hecho: que su país buscara el Rostro de Dios y que regresara de lo que llamó "el borde de un gran precipicio".

Al dirigirse a sus compañeros en el gobierno, trató de ser igualmente fuerte. Hizo grandes esfuerzos por encontrar la forma cómo investigar y enjuiciar a aquellos que violaban la ley o se oponían a sus reformas, pues sabía que su poder era limitado. Pero para hablarles no tenía limitaciones, así que les dijo desde la televisión: "Dejen a sus amantes. Cumplan con sus obligaciones. No mientan, no abusen, no roben".

¿Quién antes había hablado de manera tan

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franca y abierta a los miembros de su propio gobierno?

También instó a los empleados públicos, desde los Ministros hasta los oficinistas, para que cumpliesen con los altos principios morales contenidos en la campaña "No Robo, No Miento, No Abuso". Se daba cuenta que muchos no mantendrían su palabra, por ello creyó que el hacerlos jurar en público les infundiría bastante fuerza moral para luchar contra las proliferantes fuentes de corrupción.

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