El Presidente ríe
DURANTE
los trágicos años de la guerra, Lincoln encontraba alivio a su dolor en su buen
humor. «Me río porque no debo llorar», decía.
UNO
DE LOS cuentos que más gracia le hacían era aquel de dos señoras muy piadosas
que comparaban a Lincoln con Jefferson Davis, presidente de la rebelde
Confederación.
—Yo
creo que Jefferson va a ganar — decía la una.
—¿Por
qué razón?
—Porque
es hombre que reza. —Eso no tiene que ver: Abrahán también reza.
—Sí,
pero Nuestro Señor no le cree ... pensará que le está tomando el pelo. —
DIXON
WECTER
UNA
'VEZ le preguntaron cómo se sentía siendo presidente
de los Estados Unidos y Lincoln les respondió con esta graciosa parábola:
«
¿ Saben ustedes el cuento de aquel hombre a quien, para desterrarlo, lo
empecinaron, lo emplumaron y lo sacaron del pueblo colgado de pies y manos de
una vara? Pues bien: cuando uno de los del tumulto le
preguntó cómo se sentía, mi hombre le respondió:
«—Si no fuera por el honor que me hacen ... hubiera
preferido salir andando».
— W. O. STODDARD
Candidato honesto y ejemplar
GANÓ las elecciones por una decisiva mayoría : 6340 votos en su favor
contra 4829 que obtuvo Cartwright. De los 200
dolares que le dieron sus amigos para
los gastos de la campaña electoral, devolvió
$199 con 25 centavos. «Hice el recorrido en mi propio caballo
—explicaba—; los festejos se hicieron en las casas de mis amigos y no me costaron nada; el único gasto ascendió a 75
centavos para pagar un barril de cidra con que unos campesinos se
empeñaron en que yo les había de obsequiar».
—Nicolas
y Hay
EN
EL CONGRESO, Lincoln se opuso a la guerra
contra México. Declaró que quienes pretendían probar que la
guerra no era un acto de agresión procedían lo mismo que aquel granjero de
Illinois que dijo una vez: «Yo no soy codicioso, no tengo ambición de poseer
tierras; las únicas que quiero son las que lindan con la mía'.
_Inteligencee,
de Washington.
Siendo ya congresista le respondió a un sujeto que escribió
pidiéndole un autógrafo:
Estimado
señor: Recibí su nota en la cual me pide mi firma «con un pensamiento» y se la
habría contestado antes si no se me hubiera traspapelado. Yo no soy hombre de
muchos pensamientos, pero el mejor que se me ocurre es: que si usted sigue
coleccionando firmas de gentes tan distinguidas como yo, va a formar una enorme
lista muy poco distinguida. De usted con todo respeto, A. Lincoln,
Washington, 5 de enero de 1849.
EN 1854 el senador Douglas presentó al Congreso el proyecto de ley
por la cual se permitiría la esclavitud en los territorios de Kansas y
Nebraska.
Lincoln se enardeció y
escribió así a su amigo Joshua Speed: «Me parece que progresamos con
bastante rapidez hacia la degeneración. Como nación
empezamos por declarar que todos los hombres nacen iguales.
Esa declaración se interpreta hoy: todos los hombres nacen iguales guales menos
los negros. Y cuando lleguen a mandar los Know-Nothings* se leerá: todos los
hombres nacen iguales, menos los negros, los extranjeros y los católicos. Si
esto sucede, prefiero emigrar a un país en donde no se haga alarde de amor a la
libertad: a Rusia, por ejemplo, donde florece el
despotismo puro, sin la baja mezcla de la hipocresía».
Know-Nothings*
*
Partido político de la época opuesto a la naturalización de los extranjeros.
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