sábado, 4 de febrero de 2017

FEDERICO HERRERA- 1901- HUEHUETENANGO-5



MEMORIAS DE UN ESTUDIANTE
                          --------------------
                        A José Serrano Muñoz

Una sala—Sobre una mesa un título de Bachiller y varios
libros—Juan.

Aquí el título contemplo
Y me parece no obstante
 Que aún fuera yo estudiante
De colegio como ayer.
 ¡Cuánto amargo sufrimiento
Y cuánto recuerdo evoca
 Este título que toca
 Al infeliz Bachiller!

    ¡Ah, cuál vienen á mi mente
    Mil recuerdos impregnados
    De goces nunca olvidados
    De mi inocencia febril!
    Pues ¿quién que estudiante ha, sido
    No recuerda placentero
    El tiempo más hechicero
    Que es el tiempo estudiantil?

Siempre ese tiempo dorado
 Nos envía cual estrella
La luz más clara y más bella
 Del cielo del porvenir,
Y al volver la vista al tiempo
 Que hacia atrás hemos dejado
Más de un alma ha suspirado
 Queriéndolo revivir.

Era una tarde de enero
Cuando mi padre me dijo:
 —«Has de saber, querido hijo,
 Que una beca conseguí,
Y como el tiempo ya avanza
 Rápidamente hijo mío
Ya he preparado el avío
Para alejarte de mí.

Bien comprendo que es muy duro
Separarte de mi lado;
Pero ¿qué quieres, amado, Si así feliz has de ser?
La Escuela Normal te espera
Como su alumno bequista,
Anda y figura en la lista
De los que quieren saber.»

Miré al callarse mi padre
Presentarse ante mi mente
Un nuevo mundo esplendente,
Con dulzura sonreír.
Esa noche ví entre sueños
 Mi dicha más seductora
Y más que nunca la aurora
 Deseaba para partir.

Despedime de mis padres
 Con el beso más divino,
 Poco después el camino 
De Guatemala tomé,
Y aquí comienza la historia
Verdadera de estudiante,
 Pues desde aquí en adelante
 Todo estudiantada fué.

No ví á ningún caminante
Y ninguno me veía,
Porque envoltorios traía
 Al frente, al lado y atrás.
 Quedaba atrás un clarito
 Por donde ufano miraba
  mi hogar que se ocultaba
  lo lejos más y mas.

Después al revés monteme
 Mirando al caballo el anca
 A ver mi casita blanca
 Donde pasé mi niñez.
Y entre verdes emparrados
 Y mil árboles frondosos
Miré con ojos llorosos
Mi hogar por última vez.

Allá á lo lejos, muy lejos
 Miré á mi pueblo adorado
 Sobre el Ande recostado
 Lanzarme bellos reflejos;
Miré brillar los espejos
De Las Lagunas y hundido
 Entre el follaje florido,
 Ví con tristeza mi hogar
 Y un adiós pude exclamar
 Para mi pueblo querido.

Visto de lejos semeja
Por la gracia con que asoma,
 Reposando en verde loma
 Una blanquísima oveja.

Como el ave que al fin deja
El nido donde ha nacido,
 Así abandoné aquel nido
Yendo de la suerte en pos
Y murmurando un adiós
 Para mi pueblo querido.

Densa nube pasó en tanto
 Entre mi vista y mi hogar
Y no pude contemplar
El hogar que fué mi encanto.
 Más, después el denso manto
 Pareció ser recogido
Por algún ángel venido
Del alto trono de Dios,
Y yo murmuré un adiós
Para mi pueblo querido.

Inmensa mole de tierra
Me impidió puesta delante
Contemplar aquel brillante 
Engastado en la alta Sierra.
El amor que mi alma encierra
 Brotó entonces encendido
Y á mi pecho conmovido
Tanta amargura causó, 
Que sollozando exclamó
  ¡Adiós, mi pueblo querido!

Adiós, oh casta paloma
 Que á los Andes da su queja,
Adiós blanquísima oveja 
Reposando en verde loma.
Adiós brillante que toma
Del iris su colorido,
Adiós poético nido
De mi alma, que de mí en pos
 Irá tu recuerdo: Adiós,
 Adiós, mi pueblo querido!

Seguí después adelante
 Mirando bellos paisajes 
Y bosques cuyos follajes 
Embargaban ni¡ atención,
 Y á medida que avanzaba
Veía nuevos lugares
Que amenguaban los pesares 
De mi pobre corazón.

 Llegó la noche seguida
 De dulces meditaciones
Y doradas ilusiones
Mi mente pude entrever.
 Amaneció y á la lumbre
 De la aurora fulgurante,
Me creí el más ignorante
 Y no pude disponer.

Llevé el caballo y ya cerca,
 Con mucho miedo le toco
Y el mantillón le coloco
Pero lo puse al revés.
Subí la silla y con miedo
 Quise poner la grupera
Y no pude. . ..y dije que era
 Inútil más de una vez.

Después quedeme admirado
 Al ver que sobró una pieza.. . .
 Que era el freno.... pues empieza
Allí Juan á trabajar.
Se lo puse de mil modos,
 De mil modos diferentes;
 Pero sacaba los dientes
 El caballo al ensayar.

 Por fin convine en que el freno
Ya se había descompuesto
Y le destiné su puesto
Bien atado de un cordel.
El caballo libre entonces
Caminó siempre al acaso,
Deteniendo mucho el paso
O caminando á tropel.

Como llevaba mil cosas
A los lados del aliño,
Con la inocencia del niño
Me dió el bruto compasión,
Y queriendo darle ayuda,
Después de haberme montado
Me cargué un fardo pesado
Para ayudar al trotón. . - -

Y allí voy compadecido
Con mi carga resignado
Muy molesto y muy cansado
Sin aliviar al corcel.
Quien gustoso deteníase
A pacer donde quería
Sin advertir que ya el día
No caminaba como él.

 Continué así todo el viaje
Hasta que llena de gala
 Se apareció Guatemala
 Ante mis ojos por fin.
Llegué y allí mi asombro
No tuvo límite alguno
Y miraba inoportuno
Del uno al otro confín.

Basta decir que aquel día 
Mi admiración fué tan loca 
Que en él no cerré la boca,
 Que á abrir un jeme llegué.
 La hermosura de una casa
 Con tanto asombro contemplo
Que creyendo que era templo
 El sombrero me quité.

Como mi penquito nunca
 Había visto un tranvía,
 Como que el diablo le hacía
 Cosquillas á mi trotón.
Porque ya se hacía á un lado,
Ya retrocedía. un poco,
 Ya saltaba como loco
En diversa posición.

 Y también no pocas veces
Cabalgué sobre su cuello
Todo muy justo y todo ello
 Por que grupera faltó.
 Asime bien de la silla,
 Y dejé al penco su paso
 Hasta que al fin el acaso
Un mesón me reparó.

Al colegio dirigime
Y al verme en la portería 
Todo estudiante decía :
« Allí está un nuevo muchá» 
Miré brillar en sus rostros
 En unos gozo, alegría, Aquí risa y picardía
Y ví burlas mas allá.

Después de haberme rodeado,
 Con mil palabras melosas 
Me hicieron decir mil cosas
 Y hasta el fandango bailé. 
Siguió después el bautizo
 Del cual no fuí satisfecho
 Pues me pusieron Güegüecho
 Mas no recuerdo por qué.

Ya estudiante constituido
Con resignación sufría,
Mas no pasaba ni un día
 Sin que me vieran llorar.
No hubo allí quien me mimara
 Ni quien calmara mi pena,
 ¡Fué muy pesada cadena
El principiar á estudiar!

Muy pronto escribí á mi padre
 Que enfermo me mantenía,
Que de noche no dormía
Y solo pensaba en él.
Que allí muy mal  me llevaban, 
 Que me pegaban seguido
Por gusto y sometido
Estaba á castigo cruel.

Que la comida era horrible
Y los fríjoles impuros,
 Y servían por tan duros
 Tan solo para tirar.
Que aquí me mataban de hambre,
 Que no me enseñaban nada,
Que quería su mirada,
 Que lo quería mirar.

 Con esa azarosa vida
Que deja el alma abatida
Del paciente colegial.
 Y dediquéme al estudio
 Con ahínco y con empeño
 Y era mi afán más risueño'
Verme un maestro formal.

Solo tuve real y medio
 Para comprar bocadillo 
Y rayadas, y el bolsillo
 Quedaba exhausto después.
Mi capital era poco
 Pero era blanca y sonante,
 No cédula repugnante
Ni era níquel como hoy es.

Al cabo de poco tiempo
Saqué las uñas, hice las mías
 Con cuatro mil picardías
 Que la maldad me forjó
. Llegué á fingirme sonámbulo
-Y esto trae su historieta
Que aquí contaré completa
 Toda tal como ocurrió.

 De los sonámbulos dijo
El Director cierto día,
 Que al encontrarlos debía
 Respetárseles mejor.
Robé un racimo de plátanos
 De la despensa una noche
 Y sin pensar en reproche
Caminaba sin temor.

Cargando con el racimo 
Así el Director me mira 
Y con violencia y con ira
 Dijo : ¿Señor qué hace aquí?
 Y yo continué callado;
 Pero él asióme de un brazo
Diciéndome: Bribonazo,
 ¿Qué lleva cargando allí?

¿Qué hace Ud. con esa carga?
 ¿Por qué Ud. se ha levantado
Y á la despensa se ha entrado
 Como infame salteador?
Viéndome así sorprendido
Sin salida y sin excusa
Le dije con voz confusa:
Soy sonámbulo, señor.

Anualmente en el cumpleaños
 Del Director, (bien querido)
 Le hacíamos mucho ruido
 Distrayendo su atención,
Mientras otros estudiantes
Siguiendo distinta ruta
Iban á cortar la fruta
Y á aprovechar la ocasión.

También constituime en cura
 á los nuevos bautizaba,
esto bien me desquitaba
De aquel mi apodo fatal.
Al alto y flaco: Tío Trancas,
 Al más viejo Papá ó Tata,
 Al de la nariz muy chata,
 Resbalón en lodazal.

Nariz de chucho al trote
Al de la nariz abajo,
 Cubo al gordo y bajo
 Y Cotorra al narigón.
A algún tuerto Mira siete;
 Era Ciento piés el cojo,
Y á aquel de rostro rojo 
Le ponía Camarón.

Concluí de estudiar, gradueme
Y dejé el plantel querido
 Con dolor por haber sido
 Mi más poético hogar,
Por que él vió correr mi vida
Entre perfumes y flores
 Entregada á las labores
Que es muy dulce recordar.

¡Oh colegio, templo hermoso
Donde se adora á la ciencia!
 ¡Oh colegio, suave esencia
 Que aspiramos con pasión
Te saludo, hogar sublime,
 Do mi niñez pasó en calma,
Con mil recuerdos del alma,
Con frases del corazón.

No faltaron pobres diablos
Que colmando sus miserias
 Se gorrearan las materias
Y salieran á vapor.
Fábrica de Bachilleres
Que hoy, con reformas mejores
 Con eléctricos motores
Se fabrican por mayor !
Si Bachiller soy ahora
Deberé escoger carrera
Aunque en verdad yo debiera
 Optar por la vocación.
Pero me gasta muchísimo
 Ser Doctor, ser Ingeniero,
 Ser Abogado ó Banquero
En fin toda profesión.

Mas hay tantos Abogados
Que clientes, y de este modo
Lo tienen perdido todo
O litigan entre sí.
Que un gato sale de un pozo,
 Con las uñas se decía
 Y si un notario caía
¿Saldría también así?

¿Seré ingeniero? Trabajo
No hallaré y el sacrificio
Haré de cambiar oficio
Para así poder vivir,
Pues con tanta preferencia
El trabajo se nos veda
Y así tan sólo nos queda
La calle para medir.

¿Seré médico? Nos dicen
 Que el médico da la muerte
Y si el río truena fuerte
 Piedras nos debe traer.
No quiero ser responsable
 De aquellas muertes dudosas,
 Para matar hay mil cosas.
Aunque el tiempo haya de ser

¿Seré maestro? No. Nunca
 El maestro está olvidado
Y aunque es virtuoso y honrado
Pobre debe fallecer.
No he nacido para mártir
Como maestro de escuela
Que ese infeliz se desvela
Y no tiene que comer.
¿Seré empleado? Tampoco eso,
Para serlo es necesario
 Vivir con el incensario
 Como vive un sacristán.
 Hacer de lo santo un. crimen,
Hacer al ladrón honrado,
Llamar al probo malvado
Por un mendrugo de pan.

¿Seré militar? i Dios mío!
Hoy, hay tantos militares
 Que tenientes á millares
 Un cabo al fin mandará.
Y apesar del aparato
Que finge el militarismo
Hablamos de patriotismo,
Cuando tan lejos está!

¿Seré político entónces?
No me gustan los pasteles
Y son indignos papeles
Los que se hacen sin temor.
En nuestras pobres Repúblicas
 Al elegir Presidente:
¿El candidato?— Excelente
Y ningún otro mejor.

Sube al poder; nos desprecia
Y no hay placer que no agote
Y para el pueblo el chicote
Porque piensa ó porque habló.
 No quiero ser escalera
Para que otro llegue arriba
Y desde allá la saliva
Arroje al que lo subió.

¿Pues comerciante? Judío
 Me dirán y mil horrores,
 Pues bien suplico, señores
, Que un buen consejo me den
Y me digan qué carrera
Tomaré de las citadas,
 Con calurosas palmadas
 Que sabré interpretar bien.
                                               (Telón.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario