Recordación Florida, Francisco Antonio De
Fuentes y Guzmán Biblioteca “Guatemala” de la Sociedad de Geografía e Historia,
Tipografía Nacional Guatemala. M. C. M. XXX III .Historia General de Guatemala.
Asociación de Amigos del País. Fundación para la Cultura y el Desarrollo.
Guatemala 1.933.
Por Capitán ANTONIO DE FUENTES Y GUZMANCORREGIDOR DE HUEHUETENANG
de
las repulsas é inobediencias de los de la Concepción, y pareciéndome
proceder con ellos lentamente, los puse en amistad y en sosiego, -que
no durando largo tiempo, volvieron a inquietarse--los de la Concepción
con muy ligeros y despreciables motivos para reproducir jurídicamente
los accidentes pasados; por cuyo motivo, oídas las partes, volví á
intimarles la paz á unos y otros, exhortándolos á la obediencia y á las
justicias á la justifícación de sus mandatos, que debían dirígírst al
alivio de los súbditos de aquella población, y pareciendo quedar
contentos á satisfacción y sosegadas aquellas inquietudes,
los de la Concepción más advertidos y más ganosos de sacudir aquel
yugo, determinaron su jornada á Goathemala, ganando un despacho del
Obispo, Presidente Don Juan de Mañosca, para que yo la fundase y constituyese en, pueblo aparte, como quedó establecido desde el año de 1672. Yace
sito en eminente sitio de aquella sierra, con temperamento frío, fértil
terreno y de copiosos y pingües pastos para la cría de ganado menor de
que se logran buenos apriscos. ¡La iglesia parroquial y sus adornos es
como de pueblo tan reciente y tan escaso, Y por que á la feligresía de
este curato solo nos resta que describír un corto pueblo, que es el de San Marcos,
no divertiré mucho tiempo en espresar sus cualidades, pues solo haré
noticia de su viage, que es de tres leguas limitadas, mas tan penosas é
intratables que no pueden hacerse sin grande riesgo y muy notorio por
una bajada y una, subida, cuya naturaleza de peñascos rudos en
desiguales miembros separados; no solo hacen molesta su jornada con
grandes saltos, pero con precipicios muy profundos. Su temperamento es
apacible y templado, su cielo alegre y su terreno fecundo y productivo,
La vecindad de su poblado solo se estiende á treinta tributarios y á
ciento y veinte habitadores por el producto, de estas familias. Su
parroquia estrecha y pobre iguala en sus adornos á la miseria y cortedad
de aquellos feligreses, que á su posible y estravío le dan el culto y
el adorno que proporciona á sus ganancias.
Mas no defraudando esta noticia que hemos dado de todo el Corregimiento de Totonicapa y Huehuetenango, por lo que toca á lo espiritual de sus repúblicas y mira á lo temporal; gobernadas por su corregidor en lo general, y en lo particular de sus repúblicas por sus Alcaldes y regidores, en que á nuestro estilo español tuvieron imitación, desde el principio de su reducción á la Yglesia y Corona de España, y
aunque como llevamos dicho muchas veces se verá en grande y admirable
diminución estas repúblicas, aun todavía mas que en otros reinos, se
mantienen y conservan en las de este en estimable número; pues solo en
este Corregimiento de Totonicapa se cuentan y numeran diez mil y
cuatrocientos y ochenta y dos indios vecinos de los lugares mencionados,
con cuarenta y un mil novecientos y cincuenta y ocho habítadores que se
producen de las numeradas familias, moradoras de los climas y regiones
que dejamos espresadas y á cuyo señalamiento, de posición, para más
clara inteligencia proponemos la siguiente demarcación,
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CAPITULO XV
De las fuentes maravillosas y otras adnirables obras de la naturaleza que se contemplan en este partido y Corregimiento de Tdtonica pa.
MARGINALES. —El arroyo de el Higuero. — La fuente de los tres años. — El agua silvada. — El agua torcida. — Ojo de agua de San Juan. — Aguas calientes minerales de este partido. — Salinas admirables y ricas de Iztatlán. — Sumideros y despeños de ríos prodígíosos.
Aun no podremos escribir cosas tan prodigiosas y admirables de que otros muchos grandísimos autores no den noticias más estupendas y peregrinas, con que sin duda las que ahora vamos á proponer, parecerán aun menos prodigiosas y más creíbles á los que con maduro juicio las contemplaren; miradas unas al beneficio y poder de la sabia a naturaleza y otras especuladas con natural filosofía; pues para lo admirable de las fuentes que propondremos sinó de aquestas mismas que describimos, de otras muy especiales y milagrosas, nos dan crédito los muchos grandes autores que proponemos al margen. (Pet. Chíez apud Rises. — Franco. 2. 26-No. 7 — Chasis-Lib. 25 cont. cap. 24. — Deodat in Pates Hugrastico. Lib. I. cap. 18. — Quíd Metam, 7. — Deodat S`cul, lib. 11. — Chasis apud Rises. — Deodato. — Ovídio. — Steph, — Maerobeo, — Arist. — Solin. — Plinio. — Phílostrat, — Apolleni. — Virgillo). No más que para apoyo de la naturaleza y cualidades de las fuentes que en este anchísimo territorio de Totonicapa se nos proponen á la vista y á los motivos debidos á los elogios del Señor, admirable en sus obras. Pues, el arroyo de la Higuera incita en sus .propiedades á estas eternas alabanzas. En uno de' aquellos prados que se derraman á todas partes de la situación de Chiantla, en el que mira hacia la parte del Norte, de estendidísíma llanura, se admira y se contempla este prodigioso arroyo de la Higuera, que indica con el curso de sus corrientes como su nuncio y mensagero, la venida del invierno y el verano, con tan patente y clara demostración, como se experimenta en la limpieza de aquella planicie dilatada en que cualquiera la repara y admira, puesto que estando su linfa y nacimiento en lo pleno de aquella propia llanura ya advertida, se ve que veinte días antes de introducirse el verano á aqueste nuestro hemisferio, brilla y corre perenne por toda la estación que hace el año desde mediado el Octubre á la mitad del mes de Mayo; pero desde este punto, veinte días antes que entre el invierno dando principio á las lluvias, se agota y seca con tal estremo que ni aun señales deja de humedad, ni en el principio de su fuente ni en todo el progreso de su viage; si es admirable esta propiedad y naturaleza, á mí y á muchos nos lo parece, y más por que sus aguas no escasas ni mesquinas, son muy delgadas y ligeras y de escelente gusto y temperatura.
Mas cuando esta prodigiosa fuente que acabamos de describir yo no la hubiera examínalo, como las otras que vamos á referir, los instrumentos y papeles que tengo en mi poder del R. P. M. Fr. Diego de Rivas del órden de Redentores, y de otros graves personages de su Religión y de otros R. R.
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De las fuentes maravillosas y otras adnirables obras de la naturaleza que se contemplan en este partido y Corregimiento de Tdtonica pa.
MARGINALES. —El arroyo de el Higuero. — La fuente de los tres años. — El agua silvada. — El agua torcida. — Ojo de agua de San Juan. — Aguas calientes minerales de este partido. — Salinas admirables y ricas de Iztatlán. — Sumideros y despeños de ríos prodígíosos.
Aun no podremos escribir cosas tan prodigiosas y admirables de que otros muchos grandísimos autores no den noticias más estupendas y peregrinas, con que sin duda las que ahora vamos á proponer, parecerán aun menos prodigiosas y más creíbles á los que con maduro juicio las contemplaren; miradas unas al beneficio y poder de la sabia a naturaleza y otras especuladas con natural filosofía; pues para lo admirable de las fuentes que propondremos sinó de aquestas mismas que describimos, de otras muy especiales y milagrosas, nos dan crédito los muchos grandes autores que proponemos al margen. (Pet. Chíez apud Rises. — Franco. 2. 26-No. 7 — Chasis-Lib. 25 cont. cap. 24. — Deodat in Pates Hugrastico. Lib. I. cap. 18. — Quíd Metam, 7. — Deodat S`cul, lib. 11. — Chasis apud Rises. — Deodato. — Ovídio. — Steph, — Maerobeo, — Arist. — Solin. — Plinio. — Phílostrat, — Apolleni. — Virgillo). No más que para apoyo de la naturaleza y cualidades de las fuentes que en este anchísimo territorio de Totonicapa se nos proponen á la vista y á los motivos debidos á los elogios del Señor, admirable en sus obras. Pues, el arroyo de la Higuera incita en sus .propiedades á estas eternas alabanzas. En uno de' aquellos prados que se derraman á todas partes de la situación de Chiantla, en el que mira hacia la parte del Norte, de estendidísíma llanura, se admira y se contempla este prodigioso arroyo de la Higuera, que indica con el curso de sus corrientes como su nuncio y mensagero, la venida del invierno y el verano, con tan patente y clara demostración, como se experimenta en la limpieza de aquella planicie dilatada en que cualquiera la repara y admira, puesto que estando su linfa y nacimiento en lo pleno de aquella propia llanura ya advertida, se ve que veinte días antes de introducirse el verano á aqueste nuestro hemisferio, brilla y corre perenne por toda la estación que hace el año desde mediado el Octubre á la mitad del mes de Mayo; pero desde este punto, veinte días antes que entre el invierno dando principio á las lluvias, se agota y seca con tal estremo que ni aun señales deja de humedad, ni en el principio de su fuente ni en todo el progreso de su viage; si es admirable esta propiedad y naturaleza, á mí y á muchos nos lo parece, y más por que sus aguas no escasas ni mesquinas, son muy delgadas y ligeras y de escelente gusto y temperatura.
Mas cuando esta prodigiosa fuente que acabamos de describir yo no la hubiera examínalo, como las otras que vamos á referir, los instrumentos y papeles que tengo en mi poder del R. P. M. Fr. Diego de Rivas del órden de Redentores, y de otros graves personages de su Religión y de otros R. R.
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demás Religiones, y curas seculares de acreditado nombre aseguraran en su creencia á los más escrupulosos. Aun es de más estupenda admíracíón la fuente que llaman de los Tres años, que se halla y se ve en el parage de las Minas, en la hacienda de fundir metales que fabricó Juan de Meoño, Escalante, y que hoy posee Juan Melendez; cuya especialidad en este arroyo es prodigiosa y singular, por
que fluye y corre tres años continuados, y deja de correr y se agota
otros tres años sucesivos, que siempre se terminan'en el día o víspera
del Arcangel S. Miguel indubitablemente, de calidad que cuando suspende y retira el ímpetu de su curso,
queda este día totalmente suspenso y seco, estando así árido y enjuto
todo el tiempo de los tres años, y cuando vuelve á correr empieza á
brollar y fluir el mismo señalado día del glorioso San Miguel, corriendo perennemente otros tres años contínuos; pero como quiera que esto parecerá digno de toda admiración, lo es mucho más el agua que se halla en la jornada que se hace desde el pueblo de Aguacatlán, á el de San Juan Yscoz, en cuya progresión é itinerario se halla el nacimiento del agua que en el idioma Mame llaman los de esta estirpe Xuban-há, que quiere decir agua silbada; esto
á causa de que de un peñasco rudo abierto en grietas, de una abertura
de aquellas muchas que en él se ven, dando á la boca de ella algunos
silbos, sale y corre el agua del peñasco afuera, y en tanto que allí no
silban no sale ni parece; maravilla es que en lo natural tiene muy
patente y manifiesta su causa, por razón de las partes cóncavas que
llenas y ocupadas de aquel ambiente que en ellas introduce el aliento
del silbo, bullendo el agua la hace verter afuera al impulso del viento
que recibe; así como si en una vasija llena de agua se metiese un cañón
por donde se soplase, que luego veríamos moverse y entumecerse el agua,
levantándose para arriba hasta verterse por los bordes de la vasija á la
parte inferior de la tierra. Pero poco distante de este sitio está otro parage que los indios del partido de Chiantla en su barbarísímo idioma Mame le llaman Bakenhá, que
quiere significar en nuestra castellana agua torcida, y es con
propiedad en el discurso de aquellos indios, por que esta agua no se ve
ni se goza, sino es
introduciendo por una angosta y estrecha cavernilla que se manifiesta
en la tierra, un manojillo de esparto, que bien entrañado en ella se va
torciendo al sacarle, y con él viene y fluye el agua muy cristalina y
limpia, sacando cuanta se quiere con repetir la diligencia del esparto
en todos los tiempos del año. Que dirá de esto nuestro corto entendimiento en estas admirables maravillas, sino encojiendo los hombros con ellas mismas. Benedícite omnía opera Do-míní Domino.
Y como sea este gran territorio y partido de Totonicapa y Huehuetenango, muy alagado de frecuentes y repetidos ríos y arroyos, hay entre esta multitud muchos escelentes y admirables que se hacen repasar y atender y los menos curiosos, y uno de ellos es por estremo hermoso y de lucido caudal, que es el ojo de agua de San Juan en el pueblo de Chialchítán, que á poco viage de su curso toma el pronombre de Río Blanco. Brota y se manifiesta este escelente río á poco más de dos millas del lugar apuntado, en el pié de una pequeña colina, por tanto ojo ó boquerón como la magnitud de la puerta de un templo, brollando por él tanta copia de agua que desde su nacimiento,
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Y como sea este gran territorio y partido de Totonicapa y Huehuetenango, muy alagado de frecuentes y repetidos ríos y arroyos, hay entre esta multitud muchos escelentes y admirables que se hacen repasar y atender y los menos curiosos, y uno de ellos es por estremo hermoso y de lucido caudal, que es el ojo de agua de San Juan en el pueblo de Chialchítán, que á poco viage de su curso toma el pronombre de Río Blanco. Brota y se manifiesta este escelente río á poco más de dos millas del lugar apuntado, en el pié de una pequeña colina, por tanto ojo ó boquerón como la magnitud de la puerta de un templo, brollando por él tanta copia de agua que desde su nacimiento,
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sin agregársele otra pequeña ni grande compania, es río de mucho y considerable caudal, que derramándose y corriendo por mucho espacio de llanura, aun no hacen fácilmente pié los pescadores en la abundancia y rapidez de su madre. Lleva desde luego provechosisísima y crecida pesca de tepemehines;
viste el margen seja de la parte oriental de inmenso cañaberal y de la
parte de occidente de deliciosa sauceda; de la parte que mira al Norte
hace una cañada junta de serranía de donde en el invierno fluye otro
caudaloso tío que llaman de la Quebrada, cuyas aguas parecen de color
verde, y se incorpora en este de San Juan, á cosa de una milla, de donde
nace en la propia llanura de aquel sitio. Es río de grande progresión y
mucho lleno, por el río de Aguacatlán y los seis ojos de Canabah que se
le agregan, pues estos últimos le colman y enriquecen en mucho modo antes de entrar en el río grande de Sacapulas, que ya á este tiempo son casi de una proporción y torrente el uno y otro, y así se ve entre ambos una admirable batalla y repugnancia al juntarse, haciendo un entraño y pavoroso ruido y remolino,
por donde no se ha visto que jamas dé paso. De este río, u ojo de agua
de San Juan se dicen admirables cosas, que se oyen y ven en el lugar de
su nacimiento; diré de ellas solo aquello que mi divertimiento y curiosidad esperimentó, noticiado de los vecinos españoles de aquel lugar de Chialchitlán y de algunos de mis criados; y es especialidad digna de que se escriba, y es, q. gritando cerca de la fuente, no solo brolla y -empuja con más fuerza el agua, pero de la colínilla de
donde nace arroja de aquellas piedras de que está compuesta algunas de
ellas á mucho trecho de su engase, y parece que aquel montecillo se
estremece; la causa puede ser natural respecto del aire oprimido y encerrado.
En el camino que se hace para el lugar de San Mateo Yxtatlán, se ve otra fuentecita, pequeña que es una cuevecilla cavada en una peña, al propio paso del camino, cubierta de yerba muy menuda, por donde como por canal resvala el agúa en goterones y forma un arroyuelo pequeño de escelentísima agua. En Aguas-calientes hay y se gozan muchas de azufre y de alumbre, que son muy medicinales, como son las aguas calientes del pueblo de Totonicapa, que están á la parte de medio día de la situación de este lugar, bajando de él á la profundidad de un vallecito, de donde el pueblo tiene el pronombre de Chemequená que se interpreta en nuestro castellano sobre ,el agua caliente, como dejamos apuntado. Las del pueblo de Agua-caliente y otras, y en especial las aguas calientes de San Cristóbal Puxilá o Totonicapa que por ambos pronombres es conocido; está del poblado á poca menos distancia de una milla y nace al pié de un cerro no levantado, mas á distancia de veinte pasos se halla esta diferencia; que el un torrente, fuente ú ojo de agua es calentísimo, de tal manera que un canastillo de huevos metiéndolo y sacándolo en el agua solo una vez, los deja perfectamente cocidos, y hace el efecto mismo en la fruta, carne o en otra cosa que en ella se introduzca; forma ésta un suficientísimo arroyo, que en mucha distancia de su camino hace grande beneficio á los indios tejedores, para labar y desengrasar las lanas que gastan en sus muchos tejidos, templándose después con la mezcla de las otras aguas
En el camino que se hace para el lugar de San Mateo Yxtatlán, se ve otra fuentecita, pequeña que es una cuevecilla cavada en una peña, al propio paso del camino, cubierta de yerba muy menuda, por donde como por canal resvala el agúa en goterones y forma un arroyuelo pequeño de escelentísima agua. En Aguas-calientes hay y se gozan muchas de azufre y de alumbre, que son muy medicinales, como son las aguas calientes del pueblo de Totonicapa, que están á la parte de medio día de la situación de este lugar, bajando de él á la profundidad de un vallecito, de donde el pueblo tiene el pronombre de Chemequená que se interpreta en nuestro castellano sobre ,el agua caliente, como dejamos apuntado. Las del pueblo de Agua-caliente y otras, y en especial las aguas calientes de San Cristóbal Puxilá o Totonicapa que por ambos pronombres es conocido; está del poblado á poca menos distancia de una milla y nace al pié de un cerro no levantado, mas á distancia de veinte pasos se halla esta diferencia; que el un torrente, fuente ú ojo de agua es calentísimo, de tal manera que un canastillo de huevos metiéndolo y sacándolo en el agua solo una vez, los deja perfectamente cocidos, y hace el efecto mismo en la fruta, carne o en otra cosa que en ella se introduzca; forma ésta un suficientísimo arroyo, que en mucha distancia de su camino hace grande beneficio á los indios tejedores, para labar y desengrasar las lanas que gastan en sus muchos tejidos, templándose después con la mezcla de las otras aguas
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